viernes, 22 de enero de 2010

¿Cómo afecta la plática conmigo mismo mis acciones? Elimina tu “pero”

Seguramente has escuchado cantidad de veces acerca de que el cómo hablas contigo mismo te impacta, especialmente en cuanto a los logros que obtienes. Desde luego, en mi trabajo con personas y organizaciones, pongo mucha atención en lo que digo y como lo digo, y continuamente me estoy monitoreando.
Una palabra en particular, de uso generalizado, y de la que no nos damos cuenta, pues está profundamente impresa en nuestras programaciones mentales, es: pero (del latín per hoc), que se usa para contraponer a un concepto otro diverso o ampliativo del anterior, como por ejemplo: Lo intenté, pero no pude. Le maltraté con enjundia, pero él primero me había maltratado a mí. La parte de connotación negativa del pero, es que habla de trabas y limitaciones, e incluso nos puede predisponer a no lograr algo, como en el caso de: Lo voy a intentar, pero está difícil. Ahora, también tiene un uso de continuidad e ilación de ideas, donde el reto es encontrar sustitutos adecuados, que si no fueren de connotación positiva, al menos sean neutrales. Algunas de las palabras que se pueden usar son: más, sin embargo, y las que puedas ir encontrando. El caso, de fondo, es hacer el ejercicio mental de buscar esquemas mentales más productivos y que nos lleven a más resultados en vez de cubrirnos las espaldas, o de plano, disculparnos por el no lograr algo, desde antes de hacerlo! (Más triste…)

Hay otras palabras, como el famoso hubiera, que nos llevan a un gasto de energía y tiempo por demás inútiles, pues es hablar de arreglar un pasado que ya se fue. En todo caso, del pasado conservemos en el corazón las cosas valiosas, en la mente los aprendizajes, y los lastres dejémosles ir (si has ya estado en mis talleres de Rediseño de Vida, sabes usar la técnica para “dejar ir”, sigue aplicándola).
Las palabras en general, al usarlas con nosotros mismos, tienen un efecto tremendo, emocional y psicológico, por lo que es preferible escoger con cuidado cuales y como las usamos. Tengamos presente también que esto es como un ciclo, las palabras expresan emociones, y las palabras refuerzan las emociones. Es privilegio de cada quién elegir hacia donde dirige su atención, y de ahí, su energía.
Lo anterior, visto de otra manera, nos da una pauta para trabajar la programación (o re-programación) mental, con este esquema: ideas > emociones > acciones. Una idea genera cambios físicos-químicos en nuestro cerebro y organismo, lo cual dispara alguna emoción en nuestro cuerpo, lo que se traduce en una acción, que empieza por tomar una decisión, es decir, elegimos que hacer, o no hacer. Si en este esquema incorporamos la parte de la mente subconsciente, nos encontramos con que tenemos la llave de un tesoro de valor incalculable, es la llave a cumplir con nuestra misión de vida. Y esa misión la perfeccionas cuando trasciendes y tomas en consideración a quienes te rodean.
Ten presente, lo que somos, es el resultado de nuestros pensamientos.
Alfredo.

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