Intuición:
En nuestro interior, hay una voz que me llama, y me guía. Es mi intuición. Puede elegir escucharla o ignorarla. En cuanto estoy en sintonía con ella y le escucho, encuentro que soy guiado y que puedo lograr resultados increíbles. Puedo ver que, a largo plazo, el universo trabaja de maneras misteriosas, a mi favor, y a favor de todos. El propósito más elevado:
Todo lo que sucede, sucede por una razón, y para beneficio de un propósito más elevado. Puedo aprender a ver lo que me sucede desde una perspectiva más allá de la meramente diaria. Puedo ver las cosas desde la óptica del universo, y visualizar que será lo bueno que resulte de todo lo que me sucede. Es el caso del aforismo “¿está el vaso de agua medio lleno o medio vacío?”. Puedo verlo negativamente, y mi reacción será aún peor. También pudo verlo positivamente, y mi reacción será mayor al tener una carga de energía positiva. Todo momento es extraordinario:
El pasado solo existe en mi memoria. El futuro solo existe como una expectativa. El único momento que existe es el de AHORA. Es un momento preciado, y he de tratarlos con respeto y vivirlo al máximo. Estando enfocado en el presente, tengo enfoque, y me enfoco plenamente en lo que estoy haciendo AQUÍ y AHORA. Acción mejor que reacción:
Es mejor ponerme en una situación donde actúe, que estar en una en la que solo reaccione. La reacción es inconsciente, mientras la acción es consciente. Y así como hay momentos para la actividad, también hay momentos para la quietud. Viviendo el momento presente, y teniendo control consciente de mi mente consciente, enfoco donde poner mi atención, ya que donde la pongo, pongo mi energía. Influencias positivas:
Los pensamientos negativos atraen cosas negativas, que drenan mi energía. Los pensamientos positivos, opuestamente, atraen cosas positivas e incrementan mi energía. Con este fin, es preferible ver las cosas que me suceden desde una perspectiva positiva, y de lo negativo, entender cuál es el aprendizaje que puedo obtener para conservarlo en mí y el resto, dejarlo ir. Postura y Respiración:
La energía fluye a través del cuerpo, así como fluye por todas las cosas. Si mi postura es inadecuada, la energía no fluye adecuadamente causando bloqueos, que son la fuente de la enfermedad o el dolor. La energía, la respiro del mundo alrededor de mí. Por lo tanto, mi respiración ha de ser profunda, viviendo del movimiento del diafragma más que de mi pecho. Esto me posibilita absorber el máximo de energía, y todo el oxígeno que sea posible del airea que respiro en cualquier lugar en el que esté. También la respiración profunda me relaja. La respiración corta, breve, por el contrario, genera más bióxido de carbono en mi sangre, lo cual eleva mis sentimientos pensamientos negativos. Entonces, elegir la respiración profunda me permite una mayor consciencia y claridad mental, y un mejor manejo de mis emociones. La mejor de las intenciones, hay que ponerla en acción:
Puedo intentar lo que sea, pues mis intenciones son importantes. Sin embargo, mientras a la intención no siga la acción, no tengo nada en concreto. La acción convierte al conocimiento en sabiduría.
Libertad de elegir:
En cada situación en la que me encuentro, tengo la libertad de elegir, aunque no ve las opciones en ese momento. Más al descubrirlas, he de tener la fortaleza y el valor de hacer la elección adecuada, de manera ecológica y dentro del mis objetivos más elevados, a largo plazo. Puedo hacer a un lado la idea de la “gratificación inmediata”.
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