“Todo mundo tiene la habilidad de hacer lo que hago, y mucho más. Algunos de ustedes lo harán, y otros no. Aquellos que no, será porque ustedes se sabotean a sí mismos, no porque el mundo se interponga”. - Warren Buffet, en un discurso en la Universidad de Washington acerca de lograr el éxito. Si soy un líder inteligente, ¿Por qué me meto en comportamientos que son auto destructivos y contra productivos? Pues porque eventualmente reacciono como cualquier otro humano ante el distrés. El distrés es diferente que el estrés. El estrés es de hecho bueno para mi vida. Me empuja al límite, lo cual nos permite ver de qué material estoy hecho y me deja probarme contra los retos que el mundo me impone. Aún así, cuando estoy bajo presión lo mejor es conservar el enfoque en mis metas, tanto de corto plazo como de largo plazo. Cuando el estrés se torna excesivo (p.ej., demasiadas cosas que me llegan de todas direcciones), me abrumo y entonces se convierte en distrés. Cuando estoy distresado, mi foco de atención se convierte en el encontrar alivio inmediato y por tanto pierdo de vista las metas que deseo alcanzar realmente. Es entonces, cuando disparo desde la cadera y no desde el hombro, por lo que acabo dándome un tiro en el pie. Si estos patrones se repiten durante el tiempo suficiente, se vuelven comportamientos de auto sabotaje que pueden llegar hasta a integrarse en parte de mi personalidad.
¿Cuáles son algunos de estos comportamientos de auto sabotaje más comunes, que pueden poner en riesgo el alcanzar mis metas? 1. Pensar que soy indispensable: Si soy dueño de mi propio negocio (y no he desarrollado a alguien para tomar mi lugar, o sea, una estrategia de salida) puede que sea indispensable. Sin embargo, si trabajo en la empresa de alguien más y pienso que jamás saldré porque soy irremplazable, es mejor que lo piense de nuevo, pues la verdad es que nadie es irremplazable. 2. Atropellar a los demás: Cuando hago esto, inicio frustración y resentimiento. En lugar de motivar a la gente, los atropello y los lastimo. En todo caso, su motivación es reemplazada por un de deseo de resistirse o rebelarse. ¿Por qué querrían contribuir a mis logros, cuando los deshumanizo y los trato como a una máquina y no como personas? 3. No escuchar: Frustro a la gente al hacerlos sentir que no es importante lo que tienen que decir. En este caso, más que buscar rebelarse, dejarán de intentar ayudarme pues sienten que si no es importante lo que tienen que decir, ¿Por qué hacer solo lo que es importante para mí? 4. No delegar: Si después de decirle a mis colaboradores que quiero de ellos, no me hago a un lado de su camino y los dejo hacer, tendrán dudas acerca de sus capacidades o de mi propia capacidad de comunicarte (o dicho de otra manera, no sabrán qué rayos esperas de ellos), lo cual causará que disminuyan su desempeño, lo que a larga dificultará aun más que consigan su madurez laboral. 5. Usar lenguaje técnico o complicado: Si algo es lo suficientemente importante para que lo entienda la gente, entonces es lo suficientemente importante para que lo haga entendible. Utilizar lenguaje técnico o complicado con gente que no lo comprenderá, dificulta la comunicación y tal vez la gente no se sienta cómoda como para decirme que no me entienden. 6. Temer el despedir a alguien: Una de las grandes responsabilidades como líder de un grupo es terminar la relación laboral con la gente que es incompetente, improductiva o destructiva para la organización. Si hay algo que me hace ganar el respeto, o perderlo, de los demás en este ambiente, es el que tenga la capacidad para tomar estas decisiones. Que no me quepa duda, en estas situaciones, todo mundo me está observando. 7. Miedo y evitar evaluar el desempeño: Evaluar el desempeño puede ser aventurado. Requiere ser específico y claro acerca de lo que la gente tiene que hacer para mejorar y luego dar seguimiento para asegurarme que en la siguiente evaluación se hayan cumplido las mejoras. Demasiado frecuentemente se presenta el conflicto entre decirles a los colaboradores que metas deben ser alcanzadas y el decirles como deben alcanzarlas. La consecuencia de esto es hacer las evaluaciones como el llenado de una forma en contraposición al propósito original de las evaluaciones – vehículos para mejorar el desempeño. 8. Miedo de confrontar: Mientras más enfocado estoy en usar mis facultades racionales y habilidades analíticas para fijar metas y desarrollar planes para alcanzarlas, mas estoy expuesto a descuidar mi habilidad para tratar con los asuntos emocionales, la cual incluso pudiera atrofiarse. Investigaciones en el área de RH han evidenciado que mientras más se asciende por la cadena de mando de las organizaciones, más se incrementa el uso de la inteligencia emocional, hasta cierto nivel, pues al aumentar el esquema mental de “estratega”, se puede perder de vista -por tener presente el panorama global- que al final de cuentas los detalles humanos han de ser tratados, y confrontados si es el caso, para aterrizar exitosamente cualquier estrategia. Dicho de otra manera, he de evitar el pensamiento tipo “bunker”. 9. Miedo de fallar: Conforme envejezco el miedo a cometer un error puede ser mayor que el deseo de hacer las cosas bien, lo cual puede tener un efecto adverso en la confianza y perjudicar mi habilidad para tomar decisiones. 10. No hacer que me “compren”: Cuando lo que digo y hago no tiene sentido, no se siente congruente o no se percibe posible de ser hecho a mi equipo de colaboradores, es poco probable que “compren” mis aportaciones. Puede ser que delante de mi asientan, más al poner en ejecución las ideas, su nivel de ejecución podría no estar a la altura de mis expectativas. Ahora, ¿qué puedo hacer si yo mismo me pongo zancadilla con estos u otros comportamientos de auto-sabotaje? Pues este es un asunto de estar alerta a la realidad tal como es, y no como la imagino que sea. Para llegar a esto, he de buscar, contratar y desarrollar a la gente más capaz y brillante de la que pueda rodearme. Y darles la libertad de hablarme con la necesaria confianza para decirme cuando deba hacerte a un lado de su camino, para que yo puedas continuar con el mío.
perdón, cuado te refieres al estés como bueno, creo que te refieres al llamado eustrés. el estrés engloba ambos: eustrés y distrés
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